¿Cuántas veces hemos visto un cartel en la calle y hemos querido llevárnoslo a casa? Eso significa que este soporte ha conseguido su cometido, captar nuestra atención y generarnos curiosidad. En la era de lo digital parece que la cartelería va perdiendo fuelle, pero nada más lejos de la realidad: este básico publicitario sigue dando guerra y es uno de los medios más efectivos y económicos para difundir nuestros mensajes. Hoy en Plotea2 te contamos más sobre este clásico de la impresión.
¿Para qué sirve la cartelería?
Un cartel es un soporte de papel o de otro material (cartón u otros), impreso y que contiene un mensaje publicitario. Se suele colocar en lugares de tránsito de personas, ya sea en interiores o exteriores. Aunque su definición es muy sencilla, lo cierto es que la cartelería es uno de los medios más artísticos y que permite un mayor nivel de creatividad, además de ser uno de los métodos publicitarios más antiguos que existen. Los objetivos que toda pieza de cartelería debería perseguir son los siguientes:
1. Captar la atención
Atraer la mirada de la gente es la meta número 1 de cualquier cartel. Para conseguirlo debemos crear un buen diseño de cartel, que destaque entre el resto de elementos que estén a su alrededor y sea capaz de provocar que las personas giren la cabeza para reparar en él.
2. Provocar interés
Una vez se consigue llamar la atención del público, el cartel debe intentar generar la curiosidad suficiente para que las personas se detengan a mirarlo. Para ello el motivo principal del cartel debe estar bien claro y visible.
3. Transmitir un mensaje
Finalmente la cartelería debe ser capaz de comunicar el mensaje que se pretendía, ya sea de carácter informativo (un concierto, un evento…) como persuasivo (un producto/servicio). Debe ofrecer los datos más significativos a las personas que se paren a leerlo para que estos entiendan fácilmente la esencia del mismo.
Las claves para crear un buen cartel
Si queremos que nuestros carteles funcionan y consigan todos sus objetivos, es necesario tener en cuenta una serie de requisitos clave que se deberían cumplir:
Brevedad del mensaje: la información debe ser corta e impactante y se debe usar poco texto. Además, este debe estar bien construido gramaticalmente y no tener faltas de ortografía.
Lectura sencilla: se debe emplear un tamaño de fuente adecuado para garantizar una lectura cómoda y también una tipografía clara y legible.
Ubicación apropiada: a veces no somos los encargados de distribuir la cartelería, pero si tenemos poder de decisión sobre este aspecto deberíamos tenerla en cuenta cuando vayamos a diseñar un cartel. No es lo mismo un soporte que va a estar dentro de un comercio a un cartel exterior de gran formato, y tampoco debe serlo su diseño.
Composición equilibrada: la distribución de los elementos dentro del cartel es esencial si se quiere transmitir bien su mensaje. El público hará un escaneo rápido del mismo así que no les pongas obstáculos a la hora de asimilar su contenido o no lograrás transmitir lo que querías.
Simplicidad de diseño: no se trata de que todos tus carteles sean minimalistas, sino de que no los atiborres de elementos e información por todas partes. Un cartel no es un catálogo ni una revista, así que limítate a transmitir un único mensaje y no satures a la gente.
Colocación de la cartelería: da igual que tu cartel sea el más bonito de todos; si está fijado de forma deficiente, se despega o presenta desperfectos conseguirás todo lo contrario a lo que pretendías. Una instalación deficiente puede dar sensación de descuido e incluso perjudicar la imagen de la marca, así que deja este paso en manos de profesionales
Ahora ya conoces los elementos necesarios para que tu cartel consiga su propósito y resulte eficaz. Recuerda que en Plotea2 somos expertos en impresión digital y podemos llevar a cabo tus proyectos de cartelería. Solo tienes que contactar con nosotros y te atenderemos encantados.